Hay muchas palabras en torno a la vida de mi hija que me hacen reflexionar desde mucho antes de que ella estuvierá físicamente presente en mi vida, antes de que ella expresase su necesidad de hablar y entender qué la llevó a estar sola tanto tiempo.
Una de ellas, la primera, es abandono, abandonar.
Poder decirla en voz alta, en presencia de mi hija, a mi hija directamente, sin miedo, sin dolor, sin acritud, sin crueldad, sin aspereza, sin cargas peyorativas me ha costado mucho trabajo de reflexión y de comprensión. Haber estudiado Filología Hispánica ayuda mucho, pero hay una labor interna, con uno mismo, de sinceridad y aceptación enorme.
La realidad es sólo una. Podemos conocerla o desconocerla. Pero es la que es. Cómo la describamos tampoco la hace diferente. La realidad sigue siendo la misma.
El castellano es una lengua rica en matices y eso nos permite poder llamar a las cosas por otro nombre. Usamos los eufemismos con más facilidad de la que deberíamos, para enmascarar la realidad, para disimularla en sí misma, pues sigue ahí, inexorable.
En la definición del verbo abandonar están las otras palabras: dejar, entregar. Que no son otra cosa que un eufemismo, que nos suena "menos mal" pero que no nos lleva a una realidad diferente. Decir "dejaron" en vez de "abandonaron" para mi es decir lo mismo, y lo único que hacemos es convertir al verbo abandonar en palabra tabú en nuestro vocabulario. De hecho quien no usa esta palabra para referirse a la acción cometida sobre su hijo suele decir que "prefiere evitarla" o que "en su casa no se usa". Y se carga de connotaciones positivas a dejar y de negativas a bandonar. Parece como si dejar fuese para bien y abandonar para mal. Y les damos significados diferentes a palabras que no lo tienen. Por que dejar también significa abandonar, desamparar.
A mi hija la abandonaron estando muy enferma, cuando la falta de sensibilidad y de reflejos en sus piernas fue patente. Y, por favor, léase esto en un tono reposado, de paz, de entendimiento, de empatía, lleno de amor por mi hija y por su vida, en un tono conciliador, sin rencor, sin dolor, sin aspereza, sin crueldad. Las palabras por sí mismas no ofenden, ofenden el tono y la forma de decirlas.
Y mi hija escucha la historia de su abandono de una voz que ya ha interiorizado como consoladora, de una voz que la quiere, de una voz que no juzga sino narra.
Cuando le conté a mi hija por primera vez el relato de sus primeros años de vida fue por que ella llena de angustía me preguntó que porqué la había dejado en el orfanato tanto tiempo sola, que la llevé y no volví a buscarla. Por aquel entonces decidí que era el momento de que supiera que no fui yo, que hubo otra persona en su vida, que yo no estaba. Que fue otra persona la que tomó su decisión, con o sin motivos (ni lo sé ni lo juzgo, os lo aseguro), la que decidió que su solución era abandonar a su hijo. ¿Por su propio bien? Yo eso a mi hija no puedo decirselo, es pedirle que asuma una verdad que no sabemos si es mentira.
Las conclusiones de su vida las está sacando ella, con la lógica de una niña de 4 años. Pero evolucionará, y lo que hoy ve de una manera la verá de otra con el tiempo..... o no..... no lo sé. Lo que sí sé es que lo hace con libertad, de pensarlo y de expresarlo. No la voy a "forzar" a pensar de ninguna manera, ni para bien ni para mal, sobre su historia, sobre su abandono.
Y para terminar os contaré una anécdota que no había contado, ni aquí ni a nadie (a veces los triunfos de mi hija me gusta disfrutarlos sola, para dentro). Nos ocurrió hace una semana, en una excursión del colegio a la que pude ir. Escuche la conversación entre mi hija y otras dos niñas en el autobus. Una de ellas le dice a mi hija que es china (bueno, se lo escupió mejor dicho) a lo que Xiao contestó que ella es española. La otra, llena de inquina (parece mentira que la haya en una niña de 4 años, pero la hay) le dice que sí, que es china y que su madre la abandonó. Iba a intervenir cuando escuche a Xiao decirle "no, mi made no me bandonó, fue la ota señola pelo no sabemos que pasó". Y se lo dijo con una tranquilidad, con una seguridad..... sólo deciros que su profesora me abrazó y se nos escapó una lagrimilla a las dos.
Que orgullosa estoy de ella, que orgullosa estoy de lo que juntas estamos construyendo.
Para mi no es peor la palabra abandonar que la palabra dejar. Reflejan exactamente la misma acción.
Bravo por tu pequeña!!!!!! Lo que a mí me ha encantado es que tiene clarísimo quien es su madre.
ResponderEliminarEn cuanto al concepto de abandono, ya lo dejé claro en un post en mi blog y tu lo conoces. Un abrazo enorme :o)
Que madura es tu niña!! Muchas veces los niños repiten lo que oyen en casa . si ven desprecio por los demas , lo tienen tambien!!Tu hija aprendió el respeto!
ResponderEliminarLa Madurez de tu hija es evidente.
ResponderEliminarSim embargo, no se que pensarás, a veces trasmitimos mucho más de lo que creemos, tanto para bien como para mal. Y a veces, por mil y una causa, trasmitimos a nuestros hijos emociones negativas o de dolor sobre este tema, sin que nos demos cuenta.Positivas tambien, por supuesto.
Creo que como madre yo también tengo que hacer mi trabajo. Tengo que empatizar con sus emociones, contar y compartir su realidad con prudencia... pero hay que tener cuidado con NUESTRO dolor. Ya tienen bastante con el suyo para cargar con el nuestro.
No se si me explico. Pero siento que si que tenemos que empatizar con sus emociones, pero tenemos que alejarnos del dolor de nuestras hijas porque nos puede "devorar" y eso no ayuda. Más bien al contrario.
Esto no pasa solo con el tema del abandono, lo he visto con niños que han perdido a uno de sus padres, con casos de abusos... los hijos a su dolor han sumado el de su familia.
Estíbaliz
Solo quería decirte que en este camino que estoy empezando, de acompañamiento de mi hijo, tus experiencias y tus reflexiones me ayudan a revisar mis dudas y, a menudo, a solucionarlas.
ResponderEliminarSobre el tema que sigue flotando en el ambiente, sobre la manera como cada uno hablamos con nuestros hijos de su pasado, creo que cada niño es un mundo, tiene una historia bien diferente, y necesita de unos pasos y palabras concretos. Generalizar sobre las maneras de actuar, sobre cuales son buenas y cuales no tanto, me parece un poco ingenuo. Mirando a mi hijo, todas las teorias que tenia sobre la adopción, como iba a hablarle sobre ella, como ibamos a encararlo, se me desmontan. Él es diferente, especial y requiere un trato específico a su manera de ser. Y creo (mi humilde opinión, claro) que tu hija y tu habeis encontrado una fórmula que os funciona, que la ayuda a soltarse, hablar y recibir consuelo. Y eso es prueba de que vas por buen camino.
Un abrazo.
Hay que adaptarse a cada niño...e ir a veces de avanzadilla y otras de recoge pelotas...
ResponderEliminarLa otra noche mi hija me comentó que a lo mejor yo algún día querría tener otro hijo, pero de barriga, de embarazada...y lo dijo con un tono...probatorio...me sonó...Le contesté que no necesitaba tener más hijos porque los tenía a ellos, que 4 en la familia era el número perfecto...Y ella me insistió, "pero yo digo de barriga"...E insistí en que yo quería tener hijos del corazón y así ha sido, que ellos me hacen inmensamente feliz, y que ahora lo que tenian que hacer eran crecer sanos y hacerse muy grandes y guapetones...
Así quedó la cosa...no sé qué pretendió ella...pero algo creo que pretendía averiguar...
Yo utilizo entregar...
Tu hija es muy "grande" y tu estas haciendo que eso sea así, felicidades, estáis criando a una gran persona. Un besito
ResponderEliminarA mí también se me escapa la lagrimilla... no puedo decirte nada. Me encanta leerte...
ResponderEliminarMe conmueve todo lo que expresa tu hija y la forma que le ayudas a entender, es muy inteligente y se da cuenta de todo.
ResponderEliminarYo creo que no tienes que convencer a nadie que lo estás haciendo bien (y no digo que sea tu intención), basta ver los resultados que tienes en tu hija. Quizá a otros les resulte mejor disimular las cosas, pero a ustedes les va de maravilla siendo sinceras y abiertas respecto a su origen y su vida actual.
Abrazos.
Me encanta leer tus entradas... y también se me escapan las lagrimillas... yo todavia no tengo a mi peke conmigo... estoy esperando asignación y por el momento no tengo ocasión de poner en práctica todo lo que voy elaborando al respecto... creo sinceramente que eres un ejemplo a seguir... Te felicito por la peke que tienes y cómo la estás ayudando a crecer y a madurar su historia...
ResponderEliminarMolts petonets para la dos.
Que lindo que esa hija te eligio como madre!!! te felicito me haces llorar pero de alegria! me encanta que la vida las haya encontrado, no se si la dejaron o la abandonaron, lo mejor que llego a vos y se eligieron! besos, lucrecia
ResponderEliminarPD: me encantaria que mires Loczy: un lugar para crecer, son esos reductos de amor! que construyen todo! es largo pero te lo recomiendo!
Tu hija es una genia!!!Tan chiquita y ha pasado por tanto sufrimiento!Y ver como contesta frente a la maldad es increible, una mezcla de inocencia y madurez impresionantes. Sentite orgullosa, todo eso es tu trabajo!! Cariños
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con el comentario de EStibaliz, no transmitir nuestros sentimientos a nuestros hijos, unos amigos con una niña china adoptada, cuando la niña tenia 8 o 9 años le dijo a su madre mama puedo querer a mi madre de china aunque a ti te caiga mal, mi amiga nunca habia hablado mal de su madre bio, todo lo contrario, pero ella habia captado el dolor de la madre.
ResponderEliminarY la pedia permiso para quererla, yo no quiero que mi hija sienta que yo no quiero a su madre o que la tengo mania, intento no suponer nada, no se que circunstancias la llevaron a a abandonar a mi hija ni si quiera si fue ella la que la abandonó o la dejo o la entrego o como querais decirlo.
Ahora mi hija tiene clarísimo que su madre soy yo, por ahora pasa del tema de china cuando la llaman china dice china ¿y? pero es una mujercita con muuuchaa personalidad.
Un saludo
maría
Me pregunto si lo estaré haciendo bien...con mis hijos...qué gran incognita...madre mía!!
ResponderEliminarEstoy leyendo que Brian Stuy asegura que el 80% de los niños más bien niñas abandonadas en China fueron en realidad quitadas por el gobierno...o entregadas por familiares en contra de la voluntad de la madre o padre...
Entonces cómo lo llamamos...qué más da...la palabra, efectivamente es el sentido y el tono de las palabras...lo que realmente daña...Es peor abandonar, dejar entregar...cada cual que elija la que más cómodo la haga sentirse delante de esos ojos que te miran esperando esa ansiada respuesta...la que más seguridad les transmita, la que más naturalidad exprese...ya aprenderán que la esencia de lo negativo está en el contexto y en los juicios hecho a priori, y en la tonalidad usada...