LLevo casi todo el verano ausente. No es que no haya nada que contar; esta vida da para contar un millar de anécdotas cada día, pero entre el ir y venir nuestro y el de gente en casa no he tenido tiempo y sí mucha pereza.
Voy a empezar el verano por el final, por que la experiencia lo merece.
Cuando recibimos la asignación de Xiao contacté con un foro de familias americanas que tenían en comun que sus hijos procedían del mismo orfanato que la mía. Poco antes de viajar a China una mujer me envió unas fotos de su pequeña y me pidió que se las mostrase a la directora del orfanato y le dijera que estaba bien. A partir de ese correo ambas tuvimos una relación (internauta) muy, muy fluida.
Su hija (la llamaré Xue) entró en el orfanato el mismo mes que Xiao. Vivieron juntas, compartiendo las mismas salas y dormitorio durante los casi tres años que vivieron en China. Se separaron en febrero, cuando Xue fue adoptada por su familia y se marchó a los Estados Unidos. Dos meses después Xiao salía por la misma puerta, con diferente destino y también con su familia.
Cuando la madre Xue y yo hablábamos siempre teníamos en mente reunir a las niñas. Durante tres años ha sido un sueño, un proyecto. Pero este año ellos hicieron el esfuerzo de convertirlo en realidad y decidieron venir a visitarnos. Han pasado 10 días en casa, 10 magníficos días que nos han aportado a todos muchas cosas.
Nuestras hijas llegaron con una página de su vida completamente en blanco. Y esta reunión nos ha permitido echarle un borrón; pero un borrón limpio, vivo, alegre, lleno de colores brillantes. Escribir en ellas no podemos, no tenemos nada para escribir, pero ver un gran punto de color es importante y emocionante, especialmente para ellas.
Ellas se han sentido la una a la otra desde el primer segundo, sin miedo y sin vergüenza. No importaba que una hablara inglés y la otra español, sus ojos y sus manos se han dicho todo lo que necesitaban decirse.
El día que llegaron estuvieron jugando, bañándose en la piscina, sacando juguetes, riendo y compartiendo.... por la tarde se tumbaron en el sofá a ver dibujos, ellas solas. Cuando las vimos ambas madres nos miramos con los ojos llenos de lágrimas: se abrazaban y mantenían las manos cogidas, entrelazadas, con mucha fuerza. Y así han dormido todas las noches, ambas camitas pegadas y sus manos cogidas.
Al tercer día de estar aquí Xiao me dijo: "Mamá, Xue y yo somos hermanas, por que las dos pasamos lo mismo en China, para las dos fue horrible y eso nos hace hermanas". Me pareció precioso y real. Y se hicieron una pulsera en la que se puede leer "sisters" con dos corazones. Xiao la tiene guardada como oro en paño.
Sorprendía verlas de la mano contándose secretitos al oido, abrazadas. A veces se reían, a veces se miraban serias, otras se sonreían..... emocionante.
No se recuerdan la una a la otra. Xue sí me dijo que recordaba a Xiao y a China, pero que no quería hablar de ello. Así que que me quedé sin saber cuales son esos recuerdos. Xiao dice que sólo sabe que están unidas, que pasaron juntas por lo mismo y eso las hace hermanas, sisters.....
El día que se fueron Xiao lloró mucho y con mucha pena. "Ahora que he descubierto que tengo una hermana se va lejos....." me decía. Luego, cuando veía su cuarto ya sin la cama de Xue, lloraba otra vez: "que pena me da no ver su cama pegadita a la mía......"
Han jugado, han reido, se han peleado, se han chinchado, se han encelado, han llorado, han reido más, han..... han compartido 10 días y esos 10 dias y sus 10 noches les ha devuelto un poquito de ese pasado que las dos tienen en blanco.
Y para los padres ha sido maravilloso, por ellas y por nosotros mismos. Mi comadre (por que ya es mi comadre) y yo hemos compartido duelos, alegrías, información, sentimientos, emociones.... nuestras y de nuestras hijas. También han corrido por nuestros oidos algunbos secretos jajajajajajaja
Supongo que de esta experiencia sacaré, sacaremos, mucho más. Pero digerir tanta emoción y asentar tantos sentimientos nos llevará algún tiempo.
Siento no poneros fotos. Hay alguna realmente especial......
¡Es tan tan emocionante leerlo que soy capaz de imaginar cómo ha sido de increíble vivirlo! Preciosos 10 días. El hilo rojo. Besos
ResponderEliminar¡QUé emocionante,lo que cuentas! por un momento me he imaginado a esas "sister" tan unidas.Un saludo
ResponderEliminarUfff... se me pone la piel de gallina! Este verano nos hemos visto con el que fue compañero de mi hijo en una casa cuna rusa hasta hace 6 meses. Mi peque tiene 20 meses y todavía no comparte mucho el juego con los demás niños, prefiere jugar a su aire. Pude percibir la química que había entre los dos, compartieron juego como él no había hecho nunca con nadie. Se reconocían!Hay una unión y vivirlo fue mágico... Yo no puedo dejar de emocionarme... Un abrazo!
ResponderEliminarMenuda experiencia llena de magia y complicidad! Será un recuerdo imborrable para todos vosotros y, desde luego, todo un regalo de vida! Biquiñosss
ResponderEliminar:_)
ResponderEliminaruffff que emocion. me encanta verlas asi, las fotos me han parecido graficas, expresivs de un sentimiento tan real como las hermanas-sisters .... además en un sentimiento que entiendo porque mi peke y su hermanita de cuna en el orfanato cada vez que se ven y lo hacen cada 3 o 4 meses reviven la misma experiencia contada en dos añitos que tienen ahora.... la primera vez tenian 10 meses y al verse se acariciaron, juntabn las cabecitas....uffff qu emocion paracian dos cachorritos....
ResponderEliminarme hace feliz ver lo felices que han d¡sido y el skipe las mantendra unidas... como a las nuestras que tb se separan un tiempo....
besos
¡Qué emocionante! Es una gran suerte poder vivir algo así. Gracias por compartir.
ResponderEliminarUn beso,
Beatriz