Hace un año mi hija estuvo muy malita. Nunca transmití la gravedad por que me enteré a toro pasado, pero lo cierto es que la niña estuvo muy grave.
Empezó siendo poca cosa, como todo. Con mocos, fiebre, toses..... hasta que aquello se salió de madre. Cuando estaba mal, con los subidones de fiebre, se encerraba en sí misma. Me miraba, con esa mirada profunda, temerosa, distante.... una distancia que me daba miedo. No quería que la consolase, que la tocase. Parecía que no quisiera sentirse cuidada. Los días de ingreso en el hospital no me separé de ella más que para ir a por un café o un bocadillo. Tardaba entre 5 y 10 minutos. Cuando salía le decía que iba a por café o a por comida. Recuerdo su mirada; me miraba como diciendo: pues vale, vete, que más dará. Y cuando volvía siempre parecía sorprenderse de verme. Yo creo que se sorprendía de verdad. Siempre tuve la impresión, y así se lo hice saber a los médicos, de que Xiao ya había pasado por eso, de que ya sabía que era estar así. Lo que no sabía era estar cuidada y acompañada, querida y mimada. Y extrañaba esa sensación. Cuando salió del hospital cambió su relación conmigo, como si de pronto se hubiera dado cuenta de que podía confiar, de que había estado ahí y ahí seguía (no podía ser de otro modo, pero ella no lo sabía, eso creo que lo tenemos todos claro).
Esta noche me he acordado de aquellos días y me he podido dar cuenta de cuanto han cambiado las cosas, de como mi hija va siendo hija, va asimilando la realcion madre-hija y va, no sólo confiando sino necesitando.
Esta noche se ha despertado a la una y media con un llanto muy desesperado. Me decía que le dolían los labios. Y cuando la he ido a coger me he dado cuenta de que ardia en fiebre. No tenía consuelo. Cuando se ha sentido segura entre mis brazos ya no eran los labios lo que le dolía sino la cabeza. En vista de ese dolor y de la fiebre (39º) le he dado un chute de Dalsy y me he ido con ella a su habitación. Desde aquella vez no había vuelto a tener fiebre, a estar malita. Lo de la operación fue otra cosa.
Esta vez no me ha dejado separarme de ella; me pedía que estuviera con ella, que la coja la mano, que le toque la frente.... que le de besos, que la abrace, "mamá sesito teta, javot"..... y mamá le da teta. "mamá sesito estas conito" y mamá está a su lado..... "mamá sesito besos, muuuuuchos, no ves toy malita!!" jajajajaja y mamá le da besos.....
Puede parecer una bobada, pero para mi es importantísimo ver y reconocer que me necesita y que lo exterioriza, que ella reconozca que necesita a su madre. Lleva muy poco tiempo con nosotros, y estos son pasos de gigante.
Como simpre digo, no hay mal que por bien no venga.....
Soy una mama reciente, Abril solo tiene 3 meses, hoy he descubierto tu blog y no para de emcionarme ante la fuerza y la valentía de Xiao y de sus papis. Me alegro q ella cada vez vaya encontrando su sitio aquí y q encuentre en ti su refugio seguro. Un besazo muy fuerte para las dos!!!
ResponderEliminarEs muy duro ver a un hijo en el hospital, yo también pasé por ello, aunque siempre dije que no era nada grave, no era una enfermedad era un simple hueso que no estaba en su sitio, pero las operaciones las hemos pasado igual, y yo soy muy optimista y siempre soy yo la que animo al personal. Pero si debió ser duro tu caso, sobretodo por ese "pasotismo" que te hacía ver tu niña, pobrecilla.
ResponderEliminarQué días...querida Xiao...qué días más dolorosos...y hoy...un año despues...fíjate! lo que es la vida...¿verdad?...Ahora todo aquello sirvió para dos cosas, que tu hija saliera de ese laberinto enfermizo y se curara; y para uniros para siempre, desde el punto de vista de ella...que ya nunca se sentirá SOLA nunca, qué bonito y qué alegría leer este relato de tu vida y de la de tu niña...Es todo tan especial en nuestra maternidad...Celia fue todo amor y entrega a nosotros desde el inicio de nuestra historia familiar con ella...
ResponderEliminarVictor también fue muy receptivo desde el principio, a pesar de su discapacidad auditiva que desconocíamos al principio...jo! pero ahora, un año y medio tras llegar a nuestros hogar, el suyo, está como Xiao, RADIANTE!!! de amor, de besos y de ganas de que le amen y le achuchen...Esta mañana, mientras desayunábamos y tomaban mis niños su colacao y su tostada...sentado en mis piernas, echaba su cabecita en mi pecho, muy pegadito y me miraba de reojillo con una sonrisita como diciendo:"ay, mami, qué bien me siento"...Y yo también, hijo...le habría contestado...Le acariciaba su carita morena y me enamoraba de él...Celia me da unos besos de amor en los labios que me enternecen hasta el fémur...En fin, que cuando notas que tu hijo te quiere, eso...eso no se puede explicar con palabras...es una manera de sentir la felicidad y la dulzura más grande de la vida...Ahora espero que mi hijo pueda, algún día, decírmelo con palabras y no sólo con gestos...
YO
Hoy es el cumpleaños de mi hijo mayor, está lejos, en Roma, ha sido nuestro regalo sorpresa y un acierto para alguien que como él disfruta tanto viajando.
ResponderEliminarNació a las nueve de la mañana, y yo grabé en mi memoria casi cada instante de ese día para no olvidarlo nunca. Hoy como cada año ando ensimismada recreandome en las intensísimas emociones que experimenté y que sigo guardando dentro de mí como un tesoro.
Ese día creí que el enamoramiento y el flechazo del que tanto había oído hablar de verdad existían, y que no habría droga en el mundo capaz de proporcionarme a mí mayor subidon del que sentía. Cuando le tuve en mis brazos supe que a partir de ese momento mi felicidad ya siempre dependería de la suya, y que tenía ante mí la tarea más dificil a la que jamás me había enfrentado, merecerme ser su madre.
Pensé que nada ni nadie lograría hacerme sentir nunca nada parecido.
¡Qué ingenuidad!
Todo fluyó entre nosotros desde el primer instante, el buscaba mis ojos, mi pecho, mis manos, más tarde mi consuelo, y ahora busca a esa mami amiga. Jamás dudó del confort físico o anímico que solo yo podía proporcionarle.
Mi hijo pequeño, del que nadie se enamoró el día de su nacimiento, que no sintió ser alguien especial, genial y único, se ha tomado su tiempo hasta considerarme suya, "su madre".
Me ha llamado por mi nombre hasta el momento en que decidió llamarme mamá, despues de dos años de vivir oonmigo. Con cuatro años me dijo un día cuando le sugerí que podía llamarme mamá, que esa era una palabra que odiaba. Nunca olvidaré su cara al decirlo, cuanta rabia en una criatura tan pequeña.
La adopción es como un parto diario en el que nunca sabes cuando se producirá el nacimiento, y no es el momento de la llegada de tu hijo, sino el día en que nos volvemos seres confiables, predecibles, para ellos, el momento en que nuestros ¡te quiero! empiezan a sonarles a verdad, despues de millones de demostraciones. Tu no serás su madre hasta que ellos lo decidan, hasta el día en que como me dijo mi hijo -Ya no tengo miedo de que dejes de quererme.
Este hijo de mis otras entrañas, me enseña más a mí de lo que yo a el, que nunca tendrá mis ojos, y al que seguramente no le podría donar sangre, espero que tenga la certeza de que soy más suya que de nadie.
Ojalá Xiao esté ya mejor. Dale un besito muy dulce por mi.
Creo que como familiares de niño adoptado nunca seremos conscientes del gran dolor que arrastran nuestros hijos/hermanos... qué grande que de algo malo hayáis sacado una cosa tan positiva.
ResponderEliminarUn beso.
No parece una bobada en absoluto porque no lo es. Es totalmente natural, comprensible. Ella te necesita eso es así, pero tú también a ella, tú también necesitas sus muestras de amor, tú también necesitas que se comunique contigo igual que tú con ella. Os necesitais mutuamente y ella sabe expresarlo con su escasa edad pero su particular experiencia.
ResponderEliminarUn abrazo,
Lyd.
Ni me puedo imaginar lo que pasaste, Julia ha tenido fiebre tres dias seguidos por primara vez y me he hechado a temblar. Eres fuerte, grande y merecedora de ser la mama de Xiao.
ResponderEliminarte quiero un monton
laura