TRADICIONES

Ayer mis padres volvieron a cumplir con la tradición navideña de llevar a los niños al circo. Todos los años, desde que tengo uso de razón, mi padre nos llevaba en Navidad al circo. Son recuerdos de infancia de esos imborrables, impagables y preciosos. Dejó de llevarnos siendo ya bastante mayores y, desde que mi sobrina la mayor tiene 2 años (ya tiene 12) llevan a sus nietos. Bueno y a esta madre que se suele apuntar, me encanta el circo.
Ayer nos fuimos, los 3 adultos y los 7 niños a disfrutar del espectáculo y, los adultos, de la alegria y la sorpresa de los pequeños. Me encantaría poneros la foto que les hice a la entrada, todos en fila por orden de edad, como ellos solitos se colocaron..... pero ya sabéis que no pongo fotos aquí y menos de niños que no son míos.
Mi hija disfrutó como una loca. estaba alucinada. El año pasado disfrutó, pero no fue tan consciente como este año. No paraba de bailar, de tocar las palmas, de saludar a los artistas..... les llamaba a voces.
Hubo un número (espectacular y precioso, por cierto) de una tropupe de trapecistas coreanos, con un montón de premios. Pues cuando saludaban Xiao no paraba de gritar a uno de ellos: "chino, hola, chiiiiiiiiiiiiiiiinooooooooooo, hoooooooooolaaaaaaaaaaaa" y me decía, "mamá el chino ese no me dise nada, yo le diso hola y el nada" y le volvía a chillar. Al final el hombre le saludó y la niña más feliz que una perdiz.
Mis padres volvieron a cumplir su tradición y disfrutaron de sus 7 nietos en estado puro de diversión. Espero que de mayores recuerden esas tardes de circo con sus abuelos con tanto cariño como recuerdo yo esas tardes de cuando era niña con mi padre y soñaba con ser trapecista.