La recuperación de Xiao ha sido milagrosa. Y digo ha sido, por que físicamente la doy por recuperada. El día 6 iremos al neurocirujano para revisión, pero yo la veo perfectamente. Ya ni siquiera tiene la leve cojera que le quedó y que dijeron le duraría unos meses.
Pero psicológicamente no es lo mismo. La verdad es que mi pobre niña ha vivido demasiadas cosas en el último año y la operación ha sido el colmo. Está muy desorientada, llena de miedo y muy insegura.
Está tremendamente apegada a mi, pero de una forma muy insegura y un poco "enfermiza". Se pone enferma de miedo en cuanto piensa que yo no voy a estar. No quiere quedarse con nadie que no sea yo ni hablar de hacer algo en lo que yo no participe o esté presente como mínimo. Hablar del colegio es ponerla enferma y dormir sola torturarla.
Ayer visitamos el colegio a última hora, para que viera a sus compañeros y yo poder hablar con su profesora. No se soltó literalmente de mi pantalón. Le decía que jugase con ellos, que yo no me iba, pero nada, pegadita a mi, no siendo que me hubiese ido.
Mi actitud es de normalidad. No la obligo a nada que no quiera, siempre y cuando esté dentro de sus límites, por supuesto. Si quiere estar conmigo porque así se siente segura, conmigo se queda. Vamos y venimos juntas a todo. Le hemos puesto una cama pegada a la nuestra, de manera que dormimos juntas pero separadas. Antes de anoche se despertó a las 4 de la mañana y vino muy suavito hacia mi, se puso de rodillas a mi lado y me besó cada centímetro de espalda y brazos. Mi niña.... estuvo una hora dándome besos y cariños.... se me cae la baba cuando le dan esos ataques de amor. Y su padre se muere de envidia, pobrecillo.
Otra de las actitudes que ha tomado es que no quiere afectividad con su padre. No quiere darle besos, no quiere que la atienda.... en dos palabras: no quiere. No llega a ser rechazo, pero se acerca. Cuando juega con ella o le da de comer, la niña se deja, y juega con él (en más literal sentido de la expresión, el juguete es el padre). Pero en el momento que su padre hace el amago de una muestra física de cariño, darle o pedirle un beso o un abrazo, le rechaza. Yo hablo con ella y cuando le saco el tema mira para otro sitio y cuenta cualquier cosa que se le ocurre de lo que hizo ayer o lo que le pasa a su muñeca, vamos que cambia de tercio. No quiere hablar de ello. Tampoco fuerzo. Sí le he dicho que no me gusta que se porte así con su padre, pero no parece afectarle.
La verdad es que me preocupa relativamente. No me parece una actitud muy sana y creo qnecesario corregirla, pero tampoco veo muy claro que puedo hacer yo. Siento que está en mi mano mejorarlo pero no sé como.
De momento le voy a dar tiempo a ella, a su padre y a mi misma.... quizá venga todo rodado o quizá se me ocurra algo...
Bueno es una buena noticia su recuperación. La conducta es muy propia de niños que pasan por estas situaciones y ella por lo que cuentas y he leido desde que te sigo ha vivido mucho. Pienso que tu actitud es correcta temporalmente, pero como bien dices debe ir poco a poco y dándole tiempo a la restauracion del daño emocional, cambiandose para que sus miedos no se queden instaurados para siempre. Bueno me encantaría poder hablar contigo porque me dedico a esto pero quizás un comentario en tu blog no es el sitio.
ResponderEliminarEste es el sitio para decirte que me parece increible y admirable tu aptitud y emocion como madre y que eres muy valiente, digna madre de tu hija.
Te dejo mi mail personal por lo que quieras.
laurasilvaakro@yahoo.es
un beso enorme a las dos.
laura
Si Laura se dedica a esto poco podré aportar yo... pero pienso que si está tan apegada a tí ultimamente quizá lo que le pasa con el padre es que teme a que pueda quitarle el sitio a ella respecto a tí... o sea, que teme a que tu amor por su padre pueda dejarla de lado a ella... ¿podria ser? quizá seria bueno hablar con ella en este sentido para ver como reacciona y así poder ver si van por ahí los tiros...
ResponderEliminarPor otro lado... me alegro muchisimo que su recuperación física esté yendo tan bien.
Saludines.
Laura.
Tiempo, mucho tiempo, pienso que el padre tiene que ganarse la confianza, al igual que ella quizás necesite saber que siempre vas a estar ahí, pero papá también, y son los dos importantes por igual.
ResponderEliminarHola Carmen,
ResponderEliminara mi me pasa lo mismo con Julieta desde hace bastante, últimamente más, el pobre papi intenta acercase y no le deja. He comprobado que si nosotros nos mostramos cariñosos como con ella (aunque no somos nada mimosos), la niña no solo deja que se acerque sino que además lo busca, claro que si nos relajamos....
En mi opinión (no experta), la niña no sabe lo que es una familia ni vivir en familia, nunca lo han hecho han tenido una cuidadora y punto, y creo que buscan lo mismo, no conocen otra cosa, se lo tenemos que mostrar, que las personas mayores también se quieren, que no somos cuidadores somos mamás y papás.
Un beso fuerte.
Salud.