lunes, 17 de mayo de 2010

OBRAS Y LESIONES

Tengo el blog un poco abandonado, pero es que he andado muy liada. Por otra parte, los temas de que hablar y que contar a veces no surgen con facilidad.
Ya hemos terminado las obras en casa. Despues de 3 meses de convivir con los albañiles ya han abandonado mi dulce (y ahora enorme) hogar.
Y despues de 2 semanas del más absoluto de los caos, nuestra casa vuelve a parecer una casa y el polvo y los trastos van desapareciendo.
Como mi marido se dedica a la instalación de muebles y suelos, pues esa parte la ha hecho él. Lo está dejando precioso pero tiene un pero.... que sólo puede los fines de semana y esto se hace eterno. Me está haciendo una cocina.... ya os la enseñaré por que de verdad que va quedar preciosa.
Cambio de tema.
Nuestra hija lleva unos días en los que se le nota que su seguridad y confianza vuelven. La semana pasada consintió que nos separasemos una tarde entera. Se quedó con mis padres, muy contenta y risueña. Ni amago de lágrimas o de correr detrás de mi. Pasó la tarde feliz jugando con ellos y cuando llegamos a buscarla corrió hacia mi feliz de que volviera. Lo normal, podría pensar cualquiera. Pero a veces "lo normal" es un logro para algunos niños y para algunos padres.
Además ha vuelto a su habitación. Ella misma el sábado por la noche me dijo que dormiría en su cama en su cuarto. Y aguantó toda la noche. Y anoche también.
Lo de esta noche ha tenido su mérito. Ayer se cayó, dió un mal golpe y acabamos en urgencias y con la cabeza cosida. No es gran cosa, pero lleva 2 puntos que a ella le dolieron en el alma más que en la cabeza.
Cuando la cogimos sólo veíamos sangre, que salía de una forma escandalosa. No le encontraba la herida y no podía ver ni valorar si necesitaba del médico o era sólo el escandaloso sangrado de la zona. Nada en la cara, en la boca o la nariz y a hurgar en el pelo. Hasta que di con ella: 4 cm de corte limpio y algo profundo. A urgencias.
En cuanto me puse de pie y me dirigí al coche empezó a chillar que al hospital no. Pobrecita, que mal rato pasó; pensaba que la operaban otra vez. Tardamos poco, pero ella tardó bastante en tranquilizarse.
Me dió mucha pena ver el miedo en sus ojos. Un miedo profundo que lógicamente no sabe procesar. Me miraba con los ojos llenos de lágrimas y esa expresión de miedo, y me decía "Mamá, sola no, tu aquí, operan a Xiao" agarrada (o mejor sería decir aferrada) a mi cuello, que no soltó mientras le cosian su cabecita.
Por la tarde había pasado todo y por la noche ni se acordaba. Y ha vuelto a dormir sola en su habitación del tirón.
El próximo paso es le colegio, aunque me temo que cuando quiera ir ya estarán de vacaciones....

3 comentarios:

  1. ¡Vaya! pobre Carmen, le va pasar de todo...
    Me alegro que no haya sido nada, y también me alegro mucho, pero mucho, mucho, de que lo que parece "normal", se convierta en normal.

    Un besico para las Cármenes.

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  2. Poco poco todo volverá a su cauce, la confianza irá llegando de nuevo y carmen irá aprendiendo la incondicionalidad enorme de vuestro amor hacia ella.
    Un beso
    laura

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  3. Hola Carmen,

    No sé muy bien a través de qué pagina he acabado leyendo tu blog.

    Y te tengo que felicitar y agradecerte esta bonita manera de dejarnos "participar" en vuestra historia.

    Y enhorabuena por ese angel de niña.

    Nosotros estamos a la espera de asignación en Vietnam, y los tiempos se están estirando como el chicle.

    Como curiosidad, yo también soy Carmen y es muy probable que si nuestro regalo de Vietnam es niña se llame como Yo...

    Lo dicho, me ha encantado tu blog,

    Carmen

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