jueves, 5 de noviembre de 2009

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Últimamente he escuchado este refrán en más de una ocasión y lo estoy aplicando en mi vida muy a menudo.
Leía en el blog de Brenda como se puede aplicar a la vida de niños adoptados, como mi hija. Nunca había pensado desde esa perspectiva en la adopción, pero es cierto con una contundencia bestial.
Hoy la tengo malita, bastante malita a la pobre. LLeva desde ayer por la mañana con unas fiebres altísimas. Le baja con los antitérmicos, pero a las 2 horas ya está otra vez con el subidón. Alterno ibuprofeno y paracetamol pero las subidas llegan demasido pronto y no puedo darle lo que toque cada 2 horas. Está claro que si yo tuviera un trabajo fuera de casa hoy tendría que haber pedido el día a costa de vacaciones y por la cara o haber pedido una baja o.... no sé qué hubiera hecho pero desde luego habría tenido que quedarme en casa. Mi madre está cerca, muy cerca, pero tiene una enfermedad crónica, degenerativa, que le afecta al sistema inmunológico y, aunque tenga muchas ganas, no está para cuidar niños. Y mi suegra vive bastante lejos. Por tanto, no tengo con quien dejarla.
La última empresa para la que trabajé me despidió el mismo día que me entregaron la asignación de mi hija, por teléfono. Me dolió por las formas y los motivos. Según ellos las ventas de mi zona habían bajado (¿y qué ventas no bajaron en marzo de 2008?). La realidad que no les interesaba una madre en la calle, necesitan pirañas sin vida. Bueno, no sin vida, con La Empresa como única vida. Muy triste. Además del momento elegido, sabiendo que esa mañana había recibido una carpeta tanto tiempo deseada, había puesto cara a mi sueño.... me sentía tan feliz cuando me llamaron... no voy a decir que no me lo amargaron, por que de alguna forma sí lo hicieron.
Pero hoy, 7 meses después, pienso en aquello y me voy al refrán: "No hay mal que por bien no venga". He disfrutado de mi hija a tiempo completo todos estos meses, y ella ha disfrutado de su madre. Hoy que está malita puedo estar con ella , consolarla, acariciarla... ayudarla en la mediad que me es posible. Puedo acudir cuando me llama bajito: "Mamaaaaaaa".
Sí que dolió el despido, la verdad, pero ahora estoy encantada de que lo hicieran. Que se coman su empresa con patatas. Gracias a Dios (o a mi marido mejor dicho, que curra muchísimas horas para que así pueda ser) económicamente nos podemos permitir el lujo de que yo esté en casa. Y yo me quedo en casa encantada de la vida. Por el momento no echo de menos el trabajo fuera de casa. Quizá de aquí a 1 año me plantee algo, iniciar un negocio propio o quien sabe... ahora no es tiempo de pensar en ello.
Lo que desde luego es una verdad como un templo es que "NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA"

6 comentarios:

  1. Mira, mi refrán favorito!! De toda la vida, además!! Qué cierto, y qué sabio es... y esa relación un tanto velado con la adopción... será por eso que siempre supe que sería mamá adoptiva?
    Un abrazo

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  2. Yo también soy de las que pienso que las cosas pasan por algo.
    Un abrazo, Carmen

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  3. Me alegra de que puedas disfrutar de tu hija, tienes mucha suerte!!!

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  4. Un refrán muy sabio. Nada en esta vida es casualidad. Disfruta a tope de tu niña.
    Un besote
    María

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  5. Cuida de tu muñeca, que se mejore!!
    Laura.

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