martes, 5 de octubre de 2010

MI FAMILIA

No tengo una familia perfecta ni idílica, ni muchísimo menos. Muchas veces me he definido a mi misma dentro de mi familia como "la inclusera", por que no parecía estar en la misma sintonía que mis padres ni mis hermanas. Me sentía como de otro planeta. He tonteado con drogas, he sido "libertina" con mis novios (no os olvidéis que tengo 46 y hace 25 años los 20 no eran lo que hoy, ni los 18, ni los 16.....con poco eras libertina o casi puta), he tenido amigos "raros", he sido despreocupada, mala estudiante..... y un largo etc que me hacía distinta de todos ellos.
Mis hermanas, más pequeñas que yo, se llevaban muy poco entre sí y estaban descolgadas de mi en edad, por lo que ellas siempre han estado muy unidas muy unidas y yo a mi rollo. Ni tengo ni he tenido nunca demasida confianza con ellas. Hace unos años nuestra relación de ha hecho fluída y relajada; pero no siempre ha sido así. La madurez y el sentido común nos han hecho aceptarnos con valores y defectos y, sino perdonar, al menos pasar páginas escritas con mucho dolor. Estoy convencida de que mucha gente hubiera echado borrón y cuenta nueva con una sola de las situaciones que nosotras hemos vivido. Pero de alguna forma hemos conseguido dejarlas a un lado y empezar, sabiendo que hay, pero mirando hacia adelante. Y nos tratamos con cariño y nos llamamos cada semana mínimo o para contarnos acontecimientos nuestros o de nuestros hijos. Y procuramos juntarnos cuando las distancias de nuestras residencias nos lo permiten. Vivieron la adopción de Xiao con una cercania y un cariño muy especiales. Y sus hijos, nuestros sobrinos.... entreñable como han vivido la adopción de su prima.
Mi hermano era un niño cuando yo era una difícil adolescente. Sólo nos acercamos mutuamente cuando el adolescente era él y yo la única en casa que decía y hacía cosas divertidas y con libertad. Hoy por hoy el y su mujer son nuestros amigos, de mi marido y míos, cercanos y la en misma sintonía.
Y mis padres..... mi padre es la persona que más he adorado en mi vida hasta que llegó mi hija. Y sé, aunque él lo niega, que siempre he sido su ojito derecho. Creo que en el fondo lo que nos pasa es que somos tan parecidos que siempre, hasta en los momentos más complicados, me ha podido comprender, aunque nunca lo ha reconocido ni explicita ni implicitamente. Pero no hemos sido capaces de establecer comunicación hasta hace relativamente poco. Ahora sí, ahora creo que soy yo en quien más confía y a quien enseña su alma y sus más profundos sentimientos y pensamientos. Y todo el cariño que me ha tenido, ese de ojito derecho, de niña de sus ojos, lo ha volcado en mi hija. Tiene más nietos, pero a la única que lleva en el móvil es a Xiao, y ella es la protagonista de su fondo de escritorio y..... mil detalles. Y ella le adora también. Plantan la huerta juntos (así está, tomateras revueltas con berenjenas, pimientos con calabacines.... jejeje), la riegan, recogen tomates.... mi padre se tira con ella por el suelo, se revuelca, se tira por el tobogán en el parque como un niño, hace castillos de arena o hace de burro de carga y la pasea a la grupa por el jardín.... Tiene sus defectos, muchos y soy plenamente consciente de ellos. Pero los acepté el día que me dijo que daba igual como le tratara o lo que le dijera o lo que hiciera, que siempre me querría, que siempre me querría muchísimo (debía yo de tener unos 17 años y le acababa de hacer una de las mías, con descaro e insolencia).
Y mi madre......Mi madre es una mujer llena de excelentes valores que ha utilizado muy mal a lo largo de su vida. Tiene desarrollado en exceso un afán de protagonismo y un sentido del victimismo que han hecho que todos esos valores queden escondidos y sean cada día más difíciles de ver y de sentir. Mi relación con ella siempre ha parecido fácil y fluida; siempre he dado la impresión de estar muy unida a ella. Nada mas lejos de la realidad. Esa ha sido mi fachada, mi coartada para que dejase en paz. Mi vida ha estado siempre dominada por mi afan en escapar de mi madre, de su dominio. Y no siempre ha sido fácil. Ella es muy hábil y sabía hacerlo muy bien. Y a mi siempre me dió miedo enfrentarme a ella abiertamente. Aceptarla me ha costado sangre, sudor y lágrimas. Perdonar una vida entera ha sido mi mayor batalla. Pero lo conseguí, no sé si perdonar del todo o simplemente aceptar. Si he de sincerarme del todo he de decir que no quería que mi hija se encariñase con ella, he puesto toda clase de barreras, conscientes e inconscientes, he sido la tensión personificada, he discutido con ella por su actitud, he.... batallado contra ello. Pero no me ha servido de nada. Se la ha ganado, se la ha sabido ganar y la niña la quiere una barbaridad. Tengo mis reticencias, hay terrenos en los que sencillamente no la dejo entrar. A mi me manipuló, veo como lo hace con alguno de sus nietos y no voy a consentir que con mi hija entable una relación que le permita hacerlo.
No me siento especialmente apegada a mi madre, no le reconozco muchas cosas que quizá debería hacer por el simple hecho de ser mi madre. La quiero, la quiero mucho, pero hay tantas cosas que pesan tanto.....

Una de las cosas más difíciles de aceptar y de asumir es que no sientes hacia tu madre lo que se espera que sientas. Pero es mi realidad. Jamás me alejaré de ella, jamás le reprocharé nada directamente, jamás la dejaré sola. Pero mi  madre no es un pilar en mi vida..... y es duro y triste.
Y si he hecho algo para que mi hija no se apegue a alguien, ese alguien ha sido mi madre. Ni mi suegra, ni mi suegro, ni nadie.... mi madre. Y me salió el tiro por la culata.
Ufff, creo que ya ha sido bastante, ¿no?

6 comentarios:

  1. Es duro lo que explicas de tu madre muy duro... imagino lo que te habrá costado poder llegar hasta la situación de poder escribir esto con "tranquilidad"...

    Gracias por acercarnos un poco más a tí.

    Un abrazo.

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  2. Como otras veces me ha pasado, te leo y me siento muy reflejada. Siempre he sido la oveja negra de mi familia.... pero bueno no siempre ser blanca es lo bueno....
    un beso
    laura

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  3. Opino como Laura, no siempre ser blanca es lo bueno.

    Yo no he conseguido hacer las paces con mi madre. Lo del victimismo y el afán de protagonismo me suenan mucho.
    Siempre he oído decir que se comprende más a la propia madre, cuando uno lo es. Pues a mí me pasó lo contrario. Nunca me he sentido aceptada y querida por ella. Me convirtió en una rebelde con causa.

    Me costó pero pasé página, tengo una familia "super especial", la mia la que yo cree. Ahora sé que quien lo ha posibilitado ha sido mi padre con su ternura infinita, y la "función reflexiva", que es la que te permite no repetir el modelo.

    Un beso
    Concha

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  4. Parece que las relaciones complicadas madre-hija están por todos lados... Sabes cuán difícil ha sido mi relación con la mía los últimos años, sé que ella me ama y a mi princesa la adora! pero a veces por ser las madres creen que tienen la razón absoluta... Sé cuán difícil es perdonar y sobre todo olvidar, sin embargo, sé también lo sanador y liberador que es...a veces, cuando aún me hace enojar, me imagino la vida sin ella, imagino la vida de mi hija sin su abuela...y no puedo menos que desear aprender lo más que pueda de ella y darle a mi pequeña todas las posibilidades para que la conozca y la valore con todas esas maravillosas virtudes que tiene...aún a pesar de sus grandes defectos...ahora, que aún podemos.

    Te mando un fuerte abrazo!!! =)

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  5. ¿Tenemos telepatía?...entra en mi blog y comprueba las similitudes...

    Yo tambión establecí una relación difícil con mi madre, desde pequeña pero sobre todo en la adolescencia, aunque desde pequeña se me veía venir. Yo también he sido la diferente de toooda mi familia...
    Casada con un euskaldun (uff, cuántos problemas, se revolucionaron todos...¿un vasco?) y con dos hijos nacidos en el quinto cielo, nada de barriga...imaginaos!!! Antes viajé con ONG a distintos destinos para ayudar...Y mi familia, un grupo tradicional de la andalucía humilde...con gustos como la zarzuela o la copla...toma ya!!!
    Hice lo que no hicieron ni mi hermano, ni ninguno de mis primos y...chocaba...aunque sinceramente fuí una niña buena y responsable...lo mío iba más por el rollo de las ONG y esas cosas...las misiones...en fin...una "monja" revolucionaria que quería salvar al mundo pero sin casarse con Dios...Luego la cosa quedó en menos...Con mi padre nunca hubo problemas, es adorable y yo siempre lo he adorado...Tras morir mi abuela materna, la unión con mi madre fue rotunda y la convivencia tranquila y sincera...las dos nos hicimos más dulces, menos dominantes y nos fundimos. Cuando nacieron mis hijos...la cosa se consolidó para siempre. Mi madre aprendió a respetarme y yo a ella.
    Es lo que hay...También he sido el ojo derecho de mi padre...chica!!! ¿nos parecemos en algo?

    Yo

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  6. Anónimo (o Yo, como firmas) ¿cual es tu blog?

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