sábado, 20 de agosto de 2011

EL DOLOR QUE REGRESA

Han vuelto. Los ataques de miedo están otra vez aquí. Hablar y preguntar sobre China y su abandono suele significar que está otra vez dándole vueltas al tema. Pero en esta ocasión ha entrado un elemento nuevo: su operación. Tiene claro lo que le ocurrió en un sitio y en otro; tiene claro que en uno yo no estaba y en el otro sí; tiene clara la distancia en el tiempo entre unas vivencias y las otras. Pero cuando le entra el ataque de miedo se mezclan y se cruzan y se arma un cacao increíble.
Lleva varios días preguntando otra vez y hablando de China, de su abandono, del orfanato....  A veces se echa a llorar, y dice que ella no quería que eso pasara, que ella no quería estar en el orfanato, que quería que yo estuviera con ella desde que salió de la barriga para no quedarse sola, que no le gusta lo que le pasó...... reune a sus fantasmas y me los enseña, me presenta a todos y cada uno de los "cohetes" que le rondan tantas y tantas noches...... Como duele su dolor..... y cuanto dolor hay ahí dentro. 
De su operación hace ya un año y medio, y en todo este tiempo no ha dado ninguna muestra de recordar absolutamente nada de aquellos días. Ni siquiera cuando en mayo regresamos para la revisión. Sin embargo ayer me trajo los fantasmas del hospital, de la operación. Fantasmas con bata verde y mascarilla de los que recuerda muchas cosas. Y lloraba. Lloraba con un desconsuelo propio de sus momentos de más temores, de más cohetes.
Y qué recuerda..... pues me cuenta que los médicos, muchos médicos, la metían en un cuarto y cerraban la puerta y a mi decían que no entrase. Y ella tenía muuuuuuuuuuucho miedo por que no sabía si yo volvería. Creo que esto sudecedió cuando le hicieron la resonancia magnética, que entro despierta y la sedaron ya dentro.
También recuerda que entramos juntas a un sitio y tenía miedo, por que sabía que yo me iba a marchar, pero le pusieron "un pincho" en la nariz y se durmió y luego yo no estaba. Cuando me dijo esto se me saltaron las lágrimas, no puede retenerlas. Me evocó uno de esos ratos que difíciles, duros y dolorosos. Se acuerda de su entrada en quirófano. Me dejaron pasar con ella hasta la antesala del quirófano. Ahí el anestesista le puso un sedante en la nariz, con una jeringuilla (el pincho que dice ela), pero como la vió terriblemente nerviosa y no había ninguna otra operación, me vistieron de quirófano y me dejaron entrar con ella y quedarme hasta que se durmió. Dejarla en aquel quirófano es una delas cosas más duras que he hecho en mi vida; nadie sabe el trago que pasé, nadie. Y ayer lo lloramos juntas. Ella por su parte y yo por la mía. Nunca habíamos hablado de aquello y creo que nos sentó bien a las dos. Le conté lo difícil que fue todo, como sufrimos, el miedo tan profundo que pasamos....... y ella expresaba sus recuerdos y los encajábamos en la historia. Llenó algunos huecos, y abrió otros. Me decía: "mamá, tenía mucho miedo" y mamá le decía "yo también, hija, no sabes cuanto......"
Llegó un punto que no hizo falta hablar más, sólo nos abrazamos y lloramos juntas un buen rato. Cuando pasó el llanto, me djo "te quiero"...... y se fue a jugar.

5 comentarios:

  1. QUé bien que tu hija confíe en ti y tengáis esas conversaciones, no sé cuántos años tiene, pero para lo mal que lo ha debido pasar (me lo supongo por lo que he leído), es una cría con la cabeza muy bien puesta.
    Últimamente estoy un tanto sensiblona, puede ser que mis hormonas de nuvo estén revolucionadas, no lo sé, pero me has hecho llorar!

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  2. Estoy segura que con todo el amor que le das, todas las heridas van a sanar. Un abrazo grande:)

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  3. Que impotenci debe ser sentir esto.... no poder ayudar para que un hijo alivie su pena.... Tu hija me recuerda mucho a mi hija de 6 años... con una filosofia de la vida unica de esas que ya no existe, tan sensible y tan fuerte a la vez... Un beso a la princesa, espero que estos ratos amargos solo sea eso.... ratos......

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  4. Algún día sanará todo ese dolor, sólo hablando sobre ello y dejando que aflore hasta que se agote.
    Sois las dos mis maestras... un abrazo.

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  5. Se te erizan los pelos solo de pensar el sufrimiento que tuvo que pasar esta criatura sus primeros años,tan chiquita y con tanto dolor y tanta soledad, posiblemente ninguno de nosotros lo experimente nunca, aunque imaginemos lo terrorìfico de todo esto.
    Pero tu hija es una sobreviviente, y evidentemente, tanto esfuerzo que hacès por contenerla y hacerla feliz, rinde sus frutos, porque si bien es muy duro escucharla, el hecho de que pueda sacarlo hacia afuera, decìrtelo y compartirlo con vos, es una muestra de que puede empezar a curar sus heridas.Soy madre y se lo terrible que es ver sufrir a un hijo,pero que pueda confiar en vos y expresarlo, habla del buen trabajo que estàs haciendo.Fuerza y cariños

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